martes, 18 de junio de 2013

Marca registrada

Desde cuando la ropa nos define quienes somos? Desde cuando nos importa que marcas usamos? Desde cuando tenemos que definir que clase de ropa tenemos que usar, y cuales no? Porque claro, si usamos prendas con el logo de una marca famosa somos mejores, y en cambio si usamos ropa de nadie somos eso: nadie.
En mi opinión, todo empezó el día en el que se decidieron por ponerle la firma de la marca en la ropa. Quiero decir, por que? Nos pagan por llevar su marca? Son nuestros sponsors? Somos tan idiotas que no nos damos cuenta de que sin la clientela, estas empresas no sirven. No. Sin consumidor no se puede vender. Por que nos obligan a llevar su nombre escrito por el pecho? Porque nos gusta.
Sí, nos gusta. Nos gusta sentirnos importantes. Nos gusta sentirnos superiores a otros. Nos gusta llevar una marca porque es cara, más allá de su diseño (ese es otro tema). Está en el ser humano el querer refregarle al otro todo lo que poseemos que el otro no tiene. Está en nuestra naturaleza. Tenemos nuestros defectos. Suena muy marxista lo que digo, pero si alguno pensara como yo le encontraría la vuelta a esto que quiero decir.
Cuando a uno le preguntan donde compro lo que tiene puesto, si es de una marca conocida lo decimos en seguida; pero uno pensaría la respuesta por lo menos dos veces si la hubiese comprado en La Salada. No compro la ropa ahí. Y creo que con la frase anterior explico mi punto.
Por que comprar cierta ropa de cierto local esta bien visto y en otros no? Por que cierto tipo de ropa esta IN y por qué comprar del otro tipo está OUT?
Mi instinto marxista en estos momentos quiere culpar de todo al maldito sistema. Sí, en una parte es culpable, pero nosotros somos los insertos en él y no hay más culpables que nosotros mismos por dejar que esto pase. Y tengo miedo.
Miedo de que esto perdure en el tiempo. Que sigamos así de prejuiciosos. Que no podamos cambiar. Dicen que el cambio empieza por uno mismo. Yo quiero cambiar. Suena cursi pero quiero cambiar al mundo, pero el problema es que hay muchas barreras. Es como si estuviésemos atrapados en un shopping y cada vez que intentásemos salir, los códigos de barras con los que nacimos hagan sonar las alarmas.